Escuche el testimonio aqui (2007) |
Nací en un hogar disfuncional donde la relación con papá fue fría y lejana. A medida que yo crecía, extrañaba profundamente el pasar tiempo al lado de él. Este faltante emocional, sumado a los abusos sexuales que experimenté a partir de los cinco años, me llevó a desarrollar una vida de dependencia afectiva con personas de mi mismo género y trajo como consecuencia conductas adictivas homosexuales. Frustrado y engañado en este oscuro mundo, comencé a enfrentar situaciones paralelas como la promiscuidad y la prostituciòn, prácticas que me llevaron a vivir a diario el rechazo, la vergüenza, y el temor a ser portador del VIH.
Y aunque el homosexualismo fue la puerta que toqué en la búsqueda por encontrar el amor de mi padre, me di cuenta que fue la opción más dolorosa que cualquier ser humano puede llegar a experimentar, no sólo por el daño propio sino por el dolor que causé a las personas que estaban cerca de mí. Sólo hasta los 21 años encontré el amor perfecto a través de Jesucristo quien llegó a convertirse en la pasión de mi vida. Hoy después de un proceso de restauración soy feliz en mi rol masculino al lado de mi esposa y de mi pequeño hijo.
Disfruto de la gracia, sanidad y libertad, que Dios, trajo a mi vida y comparto un mensaje de esperanza a aquellos que alguna vez estuvieron lejos del Corazón del Padre.
Omar Castiblanco
Director del Ministerio